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Los Willys en Colombia

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A Colombia llegaron las primeras 100 unidades de Jeep Willys a partir del año de 1950, a través del plan “Alianza para las Américas”, eran vehículos de modelos militares fabricados entre 1944 y 1946, que fueron reconstruidos y vendidos para los diferentes países de Latinoamérica incluyendo a Colombia.

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Para la misma época la firma colombiana “Leónidas Lara e Hijos” abrió la primera importación directa de los modelos civiles CJ modelos, que fueron conocidos como “Los Agrijeeps” o sea el CJ2A llamados tapa bajita, los cuales fueron comercializarlos con fines agrícolas; vinieron algunas versiones con equipo adicional especializado para estos fines, como el Winch (Malacate delantero), polea trasera para mover plantas eléctricas, trapiches, bombas de agua, peladoras de café etc. Y algunos con arados y rastrillos para reemplazar los bueyes utilizados para estas últimas prácticas en las zonas agrícolas. Llegaron por este conducto a Buenaventura 500 unidades de los CJ2A y CJ3A tapa bajita y en el año 1953 comenzaron a llegar los CJ3B o tapa alta y el CJ5 llamado “oreja de perro”

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Otro grupo de vehículos llegó a Colombia entre los años 50 y 60 el gobierno nacional a través del entonces Ministerio de Guerra adquirió cerca de 300 unidades de Jeep entre los años 50 y el 68, que fueron utilizados por los diferentes batallones para el transporte de sus tropas, en logística y patrullaje, así mismo la fuerza aérea colombiana también adquirió para sus funciones vehículos de este tipo en la época del gobierno de Gustavo Rojas Pinilla. Llamados comúnmente y por la razón anterior “Los Minguerra”. Los civiles fueron importados por la Caja de Crédito Agrario y Minero, y la Federación Nacional de Cafeteros para su venta a campesinos y agricultores, constituyéndose en una vital herramienta de trabajo y desarrollo para la zona cafetera y el campo en general de toda la geografía colombiana.

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Los willys adquiridos en los años 50 por la élite cafetera que veía en este automovil las cualidades necesarias para la carga de café y otros productos agrícolas, se los conocía como las "mulitas mecánicas" debido a su importante labor para los agricultores. Las primeras versiones fueron los Willys M38 o CJ-2A, por lo que se les conoce con el nombre de "Minguerras". Sin embargo, la popularidad de los willys y jeep en región cafetera se extiende a los modelos CJ-3B, llamados capo alto y CJ-5, llamados oreja de perro; además varios modelos como el CJ-6 se han producido de forma intermitente durante varios años.

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WILLCO

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El nombre de "Willys" estaba vivo y desde 1982 se producen en Colombia por lo menos hasta 1999 los Jeep  Willco ("Willys Colombia") se produce varios modelos de Jeep bajo licencia, incluyendo un cuerpo CJ-3B-tipo en los dos distancias entre ejes corta y larga. Los modelos Willco son utilizados por las fuerzas policiales y otras personas que pueden pagarlos, y muchos de los antiguos jeeps Willys están todavía en uso en Colombia. 

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En las ciudades de Ciudades como Armenia, Sevilla, Circacia, Pereira y Calarcá, en los departamentos del Quindío, Risaralda y Vaslle se han abierto varias categorías donde se reconoce y se premia por concurso a los mejores "yipaos" como se les dice en esta región, que debe su progreso a este gran vehículo por su excepcional relación cilindrada - torque, la distribución de las relaciones en la caja de cambios, la tracción en sus 4 ruedas, y su simplicidad estética y mecánica.

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Estos vehículos hacen parte entonces de la cultura de cientos de familias dedicadas a la cultivos de café, por lo que reciben la personalización de sus encariñados dueños con adornos y accesorios llamativos que en gran cantidad de ocasiones incluyen imágenes religiosas. La compenetración de estos vehículos es tal que en la región se afirma que todos los enseres de una casa campesina, incluyendo a veces a sus miembros, deben poder ser transportados por un solo Jeep.

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Por supuesto su uso no se limitó exclusivamente a la zona cafetera, compuesta principalmente por los departamentos de Risaralda, Caldas, Quindío, el sur de Antioquia y el norte del Valle, debido a la accidentada topografía de Colombia, que en ocasiones exige vehículos que resistan todo tipo de situaciones difíciles de sortear a automóviles que no necesariamente tienen todas las capacidades de un Jeep.

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En febrero de 2006 se batió el Guiness Record en la ciudad de Calarcá (Quindío) con la "Caravana más larga de automóviles de una misma marca" (Longest Jeep Parade), categoría que fue creada especialmente para el récord, con un total de más de 370 vehículos Willys CJ's con la participación de modelos hasta 1979, con al menos un 60 por ciento de sus partes originales.

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Es tanto el furor de los encuentros de los Jeep que en la Ciudad de Bogotá, en junio de 2011 se llevo a cabo el primer Yipao.

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EL YIPAO COLOMBIANO

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Cuando En Colombia se habla de Yipao, se habla de una unidad de medida o de un jeep cargado de:

 

Yipao de plátano, un jeep con 40 – 45 racimos
Yipao de banano, un jeep con 35 – 40 racimos;

Yipao de naranja o mandarina, un jeep con 20 – 25 bultos

Yipao de yuca, un jeep con 10 – 12 bultos

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Todo lo anterior es hoy por hoy es parte del folclor regional, y hace parte sin duda alguna de uno de nuestros mayores patrimonios culturales, y es parte integral de todas las campañas de promoción turística convirtiéndose en un verdadero distintivo de nuestra Región, pues actualmente se realizan en los diferentes municipios cafeteros desfiles alusivos del Yipao siendo características las modalidades de transporte agrícola, comparsas de pasajeros, trasteos y por último ha hecho furor, el famoso concurso del pique que consiste en adelantar la mayor distancia solo en las llantas traseras para lo que se requiere gran destreza en la conducción, habilidad en su manera de cargar su vehículo, pero sobre todo la fortaleza indestructible, la genialidad y el poderío de un gran “Jeep Willys”. Pues no es raro oir decir que todavía no es posible decir cuanto dura un Willys.

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​Estos vehículos fueron con el tiempo convertidos con accesorios y elementos de decoración propios de la Región, infaltables en todo jeep de finca y aquí podríamos enumerar el caballo encima de la tapa del motor, la cortina tejida en lana pegada en la parte superior interior del parabrisas, la bola de la palanca de cambios con la imagen de la virgen del Carmen (patrona de los conductores) o en muchos con insectos autóctonos como los cucarrones o escarabajos, los estribos laterales, los protectores de los stop, la parrilla posterior para aumentar la capacidad de carga o de pasajeros y los infaltables guarda polvos traseros con todo tipo de mensajes (La llevo pero sola, me 109cito, la envidia el arma del incapaz, si sufre mucho porque no llora, dichoso Adán que no tuvo suegra, ya vuelvo, mi otro carro es un Rubicom etc.).

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